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Una gran desconocida de la gastronomía leonesa y por ello cuenta con muy poca comercialización es la tarta de trucha leonesa.
La provincia de León, famosa por sus ríos trucheros, desarrolló esta receta basándose en el hojaldre, una de las materias primas más utilizadas en muchos de sus dulces típicos.
A partir de la masa original de hojaldre, se confita la trucha y se hace una tarta en la que se ponen pequeños trozos de trucha confitada. Ese dulzor carnoso que le confiere esta trucha confitada, junto con el sabor característico de un buen hojaldre lo hacen un producto único.
Originalmente es una elaboración que se hace por la zona de Boñar, aunque se puede encontrar en otras localidades de la provincia leonesa. Dado la delicadeza de este producto, no es de comercialización masiva, sino que salvo excepciones, suele ser un productos que se realiza por encargo.
Se puede encontrar en las cartas de algún restaurante de León, pero no es fácil encontrar este dulce en tiendas o confiterías para poder llevarlo.
La tarta de trucha ha sido alabada por los diversos profesionales del sector de la restauración como un producto original y un placer distinto para el paladar.
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